24 may 2012

HERNIA DE DISCO


Nadie se entera que en su cuerpo existe una cintura o un nervio ciático, hasta que un disco se lo recuerda y el paciente, difícilmente olvide los dolores, que fuera de no ser leves, son de larga y tediosa duración.


Anatómicamente, un disco intervertebral, tiene una consistencia pulposa, que actúa como separador, amortiguador y unión de las vértebras y vive en un habitáculo, en el que piso y techo son vértebras y las paredes están formadas por un fibrocartílago que lo contienen herméticamente. Cuando por diversas causas, generalmente esfuerzos, se rompe este anillo fibroso, el disco sale por esta puerta, comprimiendo todo lo que encuentra a su paso, que habitualmente son el nervio ciático o crural. Esta compresión puede ser causa de algias o neuritis graves. Se afectan con mayor frecuencia los discos del cuarto y quinto espacios lumbares. El 60% de las hernias discales se observan en hombres y el resto en mujeres. Una hernia de disco no es una enfermedad, es un accidente que se produce en condiciones psicofísicas determinadas y que por la lentitud de su recuperación, siembra la incertidumbre en los pacientes.

El principal síntoma es el dolor del nervio; éste se inicia en la región lumbar, recorriendo el glúteo, muslo,rodilla, pantorrilla y pie, con una sensación aguda de quemazón o laceración, que obliga al paciente a encoger la pierna y a estar encorvado, buscando la posición de menor dolor. El padecimiento es tan intenso que cuesta tanto acostarse como levantarse o hacer movimientos tan simples como ir al baño, toser o estornudar. Todos los movimientos son lentos y serpenteantes. El espasmo doloroso se extiende a los músculos espinales, que tienden a contracturar y bloquear la columna, dejándola rígida, para impedir cualquier nueva compresión del nervio, a ésto se lo denomina espasmo protector. Ciertamente, semejante dolor, cambia el carácter de la persona, que viendo correr los días, sin soluciones, se irrita e irrita a quienes lo rodean. En el examen clínico es importante ver el estado general del paciente, ya que éste nos dará la magnitud de la hernia, con una lesión del nervio que va desde el dolor a la invalidez de la pierna afectada. Un nervio lleva el impulso eléctrico, desde la médula hasta los músculos; un disco herniado interrumpe este flujo, dejando esos músculos sin gobierno, dando el llamado ciático paralizante. Fuera del interrogatorio y la clínica, ésta afección se corrobora con estudios que no son de los más sencillos, ya que los discos son transparentes a los rayos x y para poder verlos hay que teñirlos con una sustancia de contraste. Antes, estos estudios eran incómodos para cualquiera, pero hoy la tomografía computada o los estudios de resonancia magnética, la situación cambió, obteniéndose mejores resultados y sin riesgos.


Ahora entremos en una de las más interesantes preguntas: ¿cómo se cura?



El tratamiento de la hernia discal es fundamentalmente conservador. Más del 90% de los casos se resuelven sin recurrir a la cirugía. Por medio de ajustes quiroprácticos, métodos de flexión distracción, tracción vertebral, y trabajo sobre partes blandas perivertebrales cómo elongación de fascias musculares. Se complementa el trabajo con reeducación postural.
Con el tiempo el núcleo herniado se va desecando por pérdida del agua y se va haciendo más pequeño, con lo que puede dejar de comprimir las estructuras vecinas.


¿La cirugía es una buena opción?

Un tratamiento poco específico y despersonalizado por parte de médicos y kinesiólogos “institucionalizados” suele precipitar a los pacientes a la decisión de hacerse operar, ya que no perciben ningún cambio favorable a la sintomatología.
Sólo un 5% de las hernias discales requieren tratamiento quirúrgico, que se recomienda si el dolor es muy intenso a nivel de columna o irradiado a otras zonas sólo cuando han fracasado los tratamientos conservadores, o cuando hay afectación motora severa (pérdida de fuerza e incluso parálisis de mayor o menor grado). Asimismo, se aconseja la operación, en este caso urgente, cuando hay pérdida de control de esfínteres o si se produce una merma de sensibilidad de la zona del periné, la llamada anestesia en silla de montar, síntomas que indican un serio compromiso de la médula espinal.
La cirugía ofrece  buenos resultados, pero si la indicación de intervención no es acertada los resultados no son los esperados y ello explica el 50% de fracasos en operados en los que no había evidencia clara de afectación nerviosa.
El fracaso de la cirugía se debe generalmente a que en el sitio operado no estaba la causa del dolor.
Para resolver el dolor vinculado con el fracaso de la cirugía de columna nuestro abordaje consiste en buscar la causa del dolor original.
Las consecuencias de una nueva cirugía pueden ser catastróficas

IGNACIO G. DÍAZ
LIC. EN KINESIOLOGÍA Y FISIATRÍA
QUIROPRÁCTICO



23 may 2012

ARTROSIS CERVICAL

La artrosis cervical es aquella que afecta a la columna cervical, que está formada por siete vértebras y discos intervertebrales, que son los "cojines amortiguadores" que existen entre una vértebra y otra. Consiste en una degeneración del cartílago presente en las articulaciones que existen entre cada vértebra, como consecuencia, habitualmente, del proceso de envejecimiento.   

                  

Progresivamente, la degeneración avanza y comienza a afectar a los discos intervertebrales y a las propias vértebras, que empiezan a producir hueso fuera de los límites naturales de la vértebra en forma de "rebabas" de hueso, que poco a poco van estrechando el espacio que tienen y la médula espinal y los nervios a su salida hacia los brazos y hombros. Estos nervios, al sufrir compresión, comienzan a inflamarse, produciendo dolor, que se irradia hacia los hombros, y en ocasiones,hacia los brazos.La artrosis cervical tiende a aparecer entre los 30 y 50 años, y avanza junto con el proceso natural de envejecimiento, por tanto empeora progresivamente con los años. A la edad de 50 años, casi todo el mundo tiene signos de deterioro o desgaste en la columna cervical, pero este desgaste no siempre se acompaña de dolor y síntomas desagradables.

Cuando esta enfermedad es grave, un golpe fuerte o un giro brusco del cuello pueden empeorar los síntomas mucho, hasta llegar a provocar afectación de la fuerza y la sensibilidad en las piernas por daño en la médula espinal y los nervios.

SINTOMAS:

- Dolor crónico en el cuello, que empeora con el movimiento

- Debilidad muscular, con sensación de adormecimiento en hombros, brazos e incluso en manos y dedos

- Rigidez, que puede limitar los movimientos del cuello

- Dolores de cabeza

- Pérdida de equilibrio

La degeneración de las vértebras cervicales puede provocar distintos tipos de trastornos que afectan a la médula espinal y a las raíces nerviosas. Aparecen puentes óseos llamados osteofitos, que disminuyen el espacio disponible para los nervios y la médula, y limitan el movimiento del cuello.

En algunas ocasiones alguno de los discos situados entre las vértebras puede romperse y herniarse, es decir, sobresalir por detrás hacia el canal de la médula. Esto contribuye todavía más a la compresión sobre la médula y los nervios. Un problema distinto es la herniación o salida aislada de un disco intervertebral hacia atrás de forma brusca, sin degeneración asociada, lo que puede ocurrir también en personas más jóvenes. Esto suele producir síntomas muy intensos, que la mayoría de las veces consisten en dolor y afectación en brazos y manos, en vez de dolor en el propio cuello.

Entre un 5% y un 10% de los pacientes con artrosis cervical con síntomas, pueden presentar además afectación de la médula y los nervios que descienden hacia la parte baja del cuerpo y las piernas, provocando debilidad y espasticidad en las piernas, pérdida de equilibrio e incontinencia urinaria. Por extraño que parezca, en estos casos no suele aparecer dolor en el cuello o en los hombros.

IGNACIO G. DÍAZ - LIC. EN KINESIOLOGÍA Y FISIATRÍA - QUIROPRÁCTICO

QUIROPRAXIA: PREGUNTAS FRECUENTES


¿QUÉ ES LA QUIROPRAXIA?
El termino quiropráctica viene del griego “Chiro” (manos) y “Practos” (hecho por). La quiropraxia es la profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de las alteraciones del sistema músculo-esquelético, y de los efectos que producen estos desórdenes en la función del sistema nervioso y en la salud en general. Su misión es la corrección de las subluxaciones vertebrales. En Quiropraxia no se utilizan medicamentos, estimulantes o inhibidores naturales, ni cirugías. Sólo el tratamiento manual.


¿QUE ES UNA SUBLUXACION VERTEBRAL Y COMO SE CORRIGE?
Es la condición de una vértebra que ha perdido su apropiada relación con una vértebra adyacente e interfiere con la transmisión de impulsos mentales desde el cerebro. El procedimiento utilizado or el quiropráctico para corregir una subluxación vertebral es el AJUSTE VERTEBRAL. Consiste en una fuerza suave y específica aplicada por el quiropráctico sobre la columna del paciente en la dirección apropiada y en el momento justo, ya sea utilizando sus manos o instrumentos de diseño específico para lograr ese objetivo.


¿EN QUÉ CONSISTEN LOS CUIDADOS QUIROPRÁCTICOS? ¿SON MASAJES?
No rotundamente no, el quiropráctico realiza ajustes específicos con el fin de que las vértebras normalicen su funcionamiento para que no produzcan interferencias con el sistema nervioso. Los ajustes son aplicaciones manuales muy breves y de gran efectividad que exigen una gran habilidad que solo un Quiropráctico debe realizar para ajustar una subluxacion vertebral. Nada tiene que ver con los movimientos manuales realizados sobre la piel y el músculo conocidos como masajes.



¿QUÉ SÍNTOMAS TENGO QUE TENER PARA VISITAR A UN QUIROPRÁCTICO?
Ninguno en especial. ¿Esperas a que te duela una muela para visitar a un dentista? Normalmente no. Muchas personas se hacen reconocimientos y limpiezas anuales para mantener sus dientes sanos pero descuidan o ignoran el cuidado de su columna vertebral. No hace falta que esperes a tener síntomas para hacerte una revisión.


¿QUÉ ENFERMEDADES SE PUEDEN TRATAR?
Cualquier enfermedad causada por la interferencia del sistema nervioso central puede ser tratada con quiropraxia, algunas de las más frecuentes son:

·     Dolor de cabeza
·     Mareos, zumbidos
·     Cervicalgia (Dolor de cuello)
·     Lumbalgia (Dolor de cintura)
·     Dolor ciático
·     Hernia de disco
·     Escoliosis
·     Sensación de hormigueos y pinchazos en brazos y piernas
·     Contracturas
·     Dorsalgia    
·     Cervico-braquialgia
·     Túnel carpiano
·     Esguince de tobillo
·     Fascitis plantar, pie cabo, pie plano
Entre otras...
 
 
Estos son síntomas típicos de problemas de adaptación al estrés provocados por malos habitos y por abusos al cuerpo. Muchos tienden a desparecer cuando mejoramos nuestros hábitos y ayudamos al cuerpo a funcionar mejor. Es en esto último donde la quiropráctica te ayuda.



¿QUIÉNES SE PUEDEN HACER QUIROPRAXIA?
Cualquier persona puede realizarse quiropraxia, desde recién nacidos hasta adultos mayores, incluyendo embarazadas. Se deben tener parámetros personales de cada individuo para determinar una contraindicación absoluta de la misma.
             

¿EN QUE CONSISTE UNA SESIÓN DE QUIROPRAXIA?
Una sesión de quiropraxia consiste en un análisis profundo de la columna vertebral y de su cuerpo en general a través de diferentes tests ortopédicos y pruebas, que unidos a la sintomatología y los estudios complementarios como radiografías y análisis, permitirán al profesional quiropráctico lograr un diagnóstico certero de cual es su problema, utilizando la técnica más adecuada para solucionarlo o, en caso de no poder hacerlo, derivarlo al profesional pertinente.


¿CUÁNTO DURA UN TRATAMIENTO?
Debido a que cada cuerpo es totalmente diferente de una persona a otra, la duración del tratamiento va a estar determinada por el problema propio de cada uno. En la primera consulta quiropráctica se hace un diagnóstico y una posible esquematización del tratamiento, que de acuerdo a la evolución individual y personal se irá o no modificando.