Su estructura flexible y resistente está compuesta en un 88% de agua y consta de dos partes: una central, de consistencia gelatinosa, que se denomina Núcleo Pulposo, y otra, que es una cobertura fibrosa que lo mantiene en su lugar y se denomina Anillo Fibroso.
Con el paso del tiempo, si hay una Subluxación en la columna, la carga mal repartida que soporta el disco hace que éste se vaya desgastando y pierda grosor.
A la inversa, cuando la carga disminuye, los discos dejan de estar comprimidos y se incrementa la separación entre las vértebras. Esto ocurre por ejemplo durante la noche, cuando al estar acostados desaparece la carga vertical. Se calcula que una persona de edad media puede aumentar hasta dos centímetros de altura durante la noche.
De todas maneras, debemos saber que podemos prevenir una degeneración prematura de los discos mediante la Quiropráctica porque con ella, mantendremos una columna sana y libre de Subluxaciones.
El movimiento es la única manera de que los discos se nutran e hidraten y puedan así cumplir eficientemente su función de “almohadilla.”
¿Alguna vez se ha puesto a pensar cómo deben estar sus DISCOS?
IGNACIO G. DÍAZ
LICENCIADO EN KINESIOLOGÍA Y FISIATRÍA
QUIROPRÁCTICO